Edificio 14-68 – 2018
Edificio 14-68

La decisión inicial de preservar el edificio histórico del Museo Castagnino sienta la base de una serie de decisiones para el Anexo a construir. No se trata de un intento de preservación de un objeto, sagrado o intocable. Se trata de potenciar aquello que tiene de valioso, y dotarlo de las cualidades que un edificio dedicado a la cultura presupone. Preservar la interioridad del edificio obliga a operar con precisión quirúrgica sobre las maneras en que funciona, y permitir dispositivos que lo potencien y conviertan a la intervención en una suma más que en una compleja ecuación matemática de difícil resolución.
La decisión de ubicar el Anexo por delante del edificio histórico no surge por una vocación provocativa, a menudo afín a la profesión del arquitecto. Por el contrario, surge de la decisión inicial, ya mencionada, de preservar las salas de exposición interiores. Para hacerlo, el edificio necesita un nuevo hall, capaz de asumir la tarea bifronte de resolver los accesos y movimientos del público masivo que asiste a eventos puntuales, los visitantes del museo, los empleados, los usuarios del bar o la biblioteca; y a la vez atender a una problemática inherente a la condición contemporánea de nuestra arquitectura: la cuestión urbana.
El Anexo se ubica en el exacto lugar en que, creemos, debe aparecer, y esta decisión debe leerse despojada de apriorismos. No se intenta atacar a la historia, tampoco negar la fachada, o valorar más una que otra, porque la sola problematización del tema de la fachada se constituye como una cuestión perimida. Se intenta convertir a la arquitectura-objeto en una arquitectura-ciudad. Así, el Museo podrá ser el escenario de la vida cultural de la ciudad democrática.
La nueva superficie requerida para exposición de arte, carencia que motoriza el llamado a concurso para la ampliación del Museo Castagnino, se posa frente a la rotonda de Boulevard Oroño y Avenida Pellegrini, por delante del edificio existente. Una gran Caja de Pandora que contendrá aquello por lo que el público va al Museo. Debajo de él, el espacio fluye, urbano, y deja entrever las actividades culturales más públicas: el auditorio, la biblioteca y el bar.
Una gran calle, caminable y traspasable desde Oroño y desde Pellegrini, es tanto pasante semi pública como atrio del edificio, resuelve las tensiones entre lo nuevo y lo viejo a través de un tercer elemento, inmaterial, híbrido. Es un espacio de luz, de múltiples alturas para permitir el posicionamiento de piezas escultóricas visibles al gran público. Desde él, se accede a las funciones de uso masivo y también se ingresa al Museo propiamente dicho.
En la plazoleta, se minimiza en función de la operación morfológica el impacto sobre el patrimonio arbóreo. Se mantiene la superficie de espacios verdes y espacios públicos. El agua escenifica la separación de los elementos, como en los castillos medievales. La pieza arquitectónica de principios de siglo XX, algo muda, mantiene su mutismo. El que habla, ahora, es la plaza.
Las salas del edificio existente, pensado desde su origen para ser un Museo, mantienen sus condiciones lumínicas, espaciales y ambientales.
La intervención sobre la preexistencia se limita a la puesta en valor y a la liberación de agregados edilicios realizados para contener los cambios en el campo de la museografía. Se recuperan entonces los tres patios originales, y se consolida uno nuevo, que permite igualar situaciones lumínicas en todos los sectores del edificio, así como facilitar la comprensión de lo preexistente. En estos patios, protegidos de la intemperie pero bañados por luz natural, se pueden desarrollar diversas actividades: patios de esculturas, actividades del cuerpo de guías, clases o talleres para niños. Se interviene el sector del acceso, liberando en favor de la apertura espacial y la luminosidad, algunos muros existentes, así como aquellos que resulta necesario para el emplazamiento de los núcleos de circulaciones verticales y sanitarios.
Entendemos la suma de los programas Auditorio y Salón de Usos Múltiples como espacios de uso flexible, aunque equipados para ser convertidos en salas de altas prestaciones. Ambos programas se unifican en tres módulos divisibles mediante paneles móviles acústicos, que junto a sistemas de gradas móviles permiten la definición espacial y acústica adecuada a eventos diversos, y así tener contenedores apropiados tanto para la afluencia de gran público o para eventos más pequeños. El concepto de flexibilidad, asimismo, se da en las salas de exposición, tanto en las del edificio existente como en la nueva gran sala planteada, un espacio neutro a ser moldeado por los curadores del museo.
La idea rectora del proyecto paisajístico es la preservación más absoluta del entorno. El parque intocado. Se evita al máximo la intervención en el patrimonio forestal cuya riqueza es ostensible. Sólo se removerán dos ejemplares de cedro, uno de ellos no considerado por las bases a preservar. No obstante esto, la propuesta contempla la incorporación de nuevos ejemplares en los vacíos próximos para paliar la remoción. El proyecto incluye dos variedades de césped, según se aprecia en el plano: Gramilla (Cynodon dactylon) y Grama bahiana (Axonopus compressus).
En el cruce de la Avenida Pellegrini con el Boulevard Oroño, frente a la rotonda y recorriendo el ancho del edificio, se dispone de un gran cantero de rosas blancas: Rosa iceberg de pie bajo, cuya profusa floración y perfume se apreciarán extensamente, de septiembre a mayo.
Se propone la captación de agua de lluvia a través de espejos de agua en la plazoleta para su reutilización en baños públicos y de personal. Asimismo, estos cuerpos de agua ayudan a la disminución de la temperatura durante los meses cálidos. Se plantea la colocación de paneles fotovoltaicos en las cubiertas tanto del edificio existente como del anexo, a efectos de brindar a los visitantes tomacorrientes para notebooks, tablets y celulares a lo largo de los programas públicos y del museo. También se propone la colocación de colectores solares para el precalentamiento de agua que se utilizará en la cocina del bar/resturante y en los vestuarios.
El edificio cumple las normativas vigentes de detección, evacuación y extinción de riesgos para todos los habitantes del futuro edificio.
En cuanto a la seguridad de los usuarios, la propia disposición en los distintos niveles favorece la utilización de las herramientas tecnológicas para el diseño de FILTROS de acuerdo al FLUJO DE PERSONAS. El sistema de control de accesos amerita el uso sectorizado del conjunto.
Todos los elementos y equipos que requieren recambios a lo largo de la vida útil del edificio se encuentran accesibles, con respuestas económicamente viables. Los materiales, los sistemas de accionamiento y los elementos necesarios para el funcionamiento del edificio son tecnológicamente seguros, confiables y disponibles en el país.
Edificio Anexo Ampliación:
Se propone un sistema que determina la flexibilidad programática para un edificio que representará una nueva dinámica en lo que refiere al carácter museístico. Dos pilares de hormigón armado son el sustento de un cuerpo sobre elevado el que contiene la futura ampliación de exposiciones. Sobre los mismos descansan dos vigas-tabiques que se desplazan en el sentido longitudinal sobre las cuales apoyan losas alivianadas del tipo PRENOVA con dos vigas de borde que le otorgan la rigidez necesaria al sistema. En el subsuelo, las submuraciones se realizan con tabiques de hormigón armado que resuelven los esfuerzos horizontales y una losa de supresión asimila los ascendentes.
Edificio Existente:
Se mantiene la totalidad de la estructura portante del edificio, se refuerzan mediante elementos metálicos enfundados en los sectores que así lo requieran (ascensores, montacargas, sanitarios, etc.). El entrepiso del área administrativa se resuelve con estructura metálica compuesta de perfilería de hierro, entrepiso de chapa conformada con volcado de hormigón con malla de acero de distribución. Se refuerzan los bordes de los patios para absorber dichas solicitaciones.
Dado las características programáticas, se decidió dotar al edificio de un mecanismo de acondicionamiento térmico, mediante un sistema del tipo VRV (volumen de refrigerante variable) con unidades por piso y conductos de distribución ubicados en cielorraso desmontable. Maquinas enfriadoras en azotea cierran el circuito previsto.
La distribución de corrientes débiles y fuertes se materializa a partir de pisos ductos con diferentes puntos de ataque de acuerdo a cada sala y necesidad. El sistema se complementa con centrales de señal Wi-Fi ubicadas en el cielorraso desmontable. Esto confiere máxima flexibilidad de ataque en cualquier punto de la planta.
El edificio contará con un sistema de control (BMS) de última generación, diseñado especialmente para el control, monitoreo y administración de sistemas para edificios. El sistema cuenta con paneles distribuidos en el Edificio, los cuales se encuentran vinculados con los distintos tableros de los servicios monitoreados y/o controlados (TGBT, iluminación, aire acondicionado, ventilación, instalación sanitaria, ascensores, sistema contra incendio). Cada uno de los paneles posee controladores programables que se comunican entre sí, y con un servidor de datos el cual registra y almacena la información que transfiere a dos estaciones de operación desde las cuales se maneja el sistema. Desde las estaciones de operación se puede recorrer por medio de pantallas gráficas los distintos servicios de edificio y verificar su correcta operación.
El presente concurso es una oportunidad para resignificar el Centro Histórico de la Ciudad de Mar del Plata a partir de ordenar el sistema espacial público otorgando un nuevo sentido a toda el área,sede de una serie de instituciones de gran significación como son el Centro Cultural Arquitecto Bustillo, la Municipalidad y el Concejo Deliberante del Municipio de General Pueyrredón y el conjunto Club Español y Teatro Colón. La propuesta se articula según tres premisas:en primer lugar la vinculación del Conjunto con el espacio urbano de la Plaza San Martín, en segundo término la conformación de un Atrio Cívico a nivel urbano como escenario que interactúa con los edificios del entorno y la plazoleta Jorge Luis Borges y por último la intervención particular en el Palacio Bustillo. Las citas medievales que el Palacio Municipal impone al sitio, sumado a las tensiones y superposiciones que plantea, le otorgan al enclave una singular riqueza de significados siendo el punto de partida para la propuesta. El proyecto asocia las preexistencias a partir de una secuencia espacial de piezas interconectadas, teniendo como eje de la unidad compositiva la adición de nuevos elementos que articulen lo existente con los nuevos volúmenes, modelando los límites del terreno,la conexión con los edificios vecinos, la continuidad espacial y formal de la manzana y su entorno y priorizando la visibilidad de la torre como enclave simbólico. El Palacio Bustillo presenta un volumen compacto, que se delinea hacia el exterior con un prisma simple donde destacan la loggia en doble altura y la torre, que se visibilizaba desde la Av. Luro, antiguo camino de acceso a la ciudad. Las sucesivas intervenciones realizadas en el Palacio han degradado su claro esquema tipológico y su particomo también el aspecto general de su interior sin agregar valor alguno. Mediante la liberación de sectores agregados, como el Bloque de Concejales con su cubierta de fibrocemento, y diferentes tabicados se ha logrado recuperar la diáfana organización interna del esquema original a partir de un sistema anular, que incluye el patio original. Particularmente el amplio hall de recepción, la distribución mediante accesos diferenciados y área de encuentro de la planta baja, donde se ubican funciones públicas operan a modo de diafragma tensado entre la calle y el espacio interior. La nueva intervención centrada en la Sala del Concejo procura jerarquizar el sitio a partir de una nueva espacialidad, acentuada por la inclusión de luz cenital, acorde a la expresión de los grandes arcos de la loggia de la fachada y a la vez articular los usos diferenciados de las distintas plantas, su organización y accesibilidad interna, aportando en el nuevo ciclo del edificio nuevas condiciones espaciales y simbólicas. Asimismo, la configuración de nuevos espacios permite mayor participación de público en las Sesiones desdoblando las áreas que lo acogían en dos niveles.
El Desafío planteado en las Bases del presente Concurso suponía convertir al Palacio Bustillo en Centro Cultural, sede de la Intendencia y Concejo Deliberante, conectarlo con los Edificios Anexos y al mismo tiempo que actuara como articulador entre dos situaciones urbanas diferentes. Esta tensión de sentido diagonal, era atravesada además por el carácter simbólico de la preexistencia, enunciado anteriormente.
El Palacio Bustillo se plantea como un edificio eminentemente cultural, en el que se disponen aquellos programas de mayor significación y afluencia de público en planta baja, apelando a hondas intenciones de dar carácter concreto a la idea de relacionar el Centro Cultural Arquitecto Bustillo con la Plaza San Martín. Asimismo, la organización de la planta baja resuelve a través de espacios conectores la vinculación con el nuevo Atrio Cívico, en relación a la Plazoleta Jorge Luis Borges y los Anexos de la Intendencia y el Concejo Deliberante, así como el Distrito Centro del Municipio.
El edificio Bustillo se organiza en sus plantas superiores a través de la diferenciación de dos núcleos de circulación vertical asociados al Hall de Acceso Principal. Estos núcleos permiten acceder por un lado a las áreas públicas del edificio: microcines y administración del Centro Cultural, y la sala de Sesiones del Concejo Deliberante; y por el otro a las áreas privadas donde se ubican las dependencias del Intendente y Presidente del Concejo Deliberante. Las mismas, se conectan de forma privada con los futuros edificios del Anexo, sobre el mencionado Atrio Cívico.
La particularidad del emplazamiento de los Anexos de la Municipalidad de General Pueyrredón, y de su conexión a través del interior de la manzana, supone un desafío mayúsculo para convertir al Conjunto en una Pieza Urbana capaz de resolver los temas de significado urbano y las problemáticas funcionales de los Programas requeridos. Asumiendo estos desafíos, la propuesta se estructura en torno a la conformación de un Atrio Cívico accesible desde la esquina de las calles La Rioja y San Martín y en directa relación a la plazoleta Jorge Luis Borges. El Atrio como vacío es definido a través de los edificios Anexos, que lo contienen y tensionan su acceso, generando un ambiente semi público que admite usos diversos, así como la expresión de las fuerzas vivas de la comunidad del Partido. Asimismo, la medianera de fondo del Teatro Colón, con gran presencia sobre el Atrio Cívico, puede ser, evaluada a posteriori su factibilidad, intervenida ya sea para la proyección de contenidos audiovisuales que repliquen las obras que se producen dentro, o para algún tipo de apertura real que convierta a la medianera en un segundo escenario al aire libre.
Los Edificios Anexos están independizados en lo formal para favorecer la apertura hacia el Palacio Bustillo, pero conectados mediante un lenguaje arquitectónico común y mediante dos niveles únicos de subsuelos. Asimismo, la interfase de estos edificios con el nivel cero de plaza, se resuelve mediante la aparición de una loggia que genera espacios de carácter contemporáneo mediante la utilización de tipologías espaciales atesoradas en la memoria de los habitantes del Partido y los visitantes a la Ciudad.
Los dos nuevos edificios se ubican sobre la línea municipal y toman la altura del perfil de las medianeras existentes. Tanto el edificio anexo del Honorable Concejo Deliberante e Intendencia como el de las funciones administrativas del Distrito Centro de la Municipalidad, se resuelven con un núcleo principal que aloja circulaciones verticales y servicios comunes, logrando plantas libres de uso flexible y posibilidad de transformación del espacio según el uso requerido a futuro. Su lenguaje es al mismo tiempo su estructura de sostén. Un perímetro portante de columnas de hormigón que sostienen losas delgadas. De esta forma se optimiza la altura de los pisos y se logra la mayor cantidad de plantas de uso. El plantear dos edificios autónomos relacionados por la plaza permite una etapabilidad sencilla y al mismo tiempo expresa la estrategia de descentralización que el municipio propone como proceso.
Creemos entonces, sobre la base de decisiones urbanas, programáticas y materiales, que el proyecto aportará un nuevo carácter al conjunto no solo por resolver el marco específico sino por dotar a este sector emblemático de la ciudad del rol protagónico de espacio cívico cultural.
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