Concurso Fundación BPN, Neuquen 2016
Lutteri, Lopez, Avincetto, Barreneche, Sbriller.

el basamento/cueva

La idea del basamento en la arquitectura se remonta a los tiempos de la Antigüedad griega: el esteréobato es su expresión en el templo clásico. Por entonces, se trataba de establecer un plano artificial de orden sobre el caos de la naturaleza. Esta operación simbólica explica además el origen de la palabra arquitecto: arché es el orden, tektonikos es el hacedor, el artífice, el reconstructor. En esta definición etimológica de nuestra profesión, nos convertimos en creadores de un nuevo orden, que se posa sobre el caos magnífico, irregular, aleatorio de la naturaleza.
La primera decisión sobre el sitio es producir un plano nivelado que resuelva las diferencias de altura de la topografía natural, al tiempo que genera un abajo y un arriba. Este basamento es una roca que se enclava en la esquina de las calles Yrigoyen y Antártida Argentina a modo de señalador urbano. Pero la piedra se erosiona por la fuerza del viento o el agua, y se generan oquedades. Estas cavernas son de alguna manera el origen del hábitat humano, la manera del hombre primitivo de protegerse de las inclemencias del tiempo y extender su subsistencia como especie. Las necesidades del presente son más complejas, pero se basan en principios originales: protección del sol, del viento, del frío, de la luz excesiva.
El Salón Principal se protege de todos estos factores, dando lugar a un espacio multripropósito. Sus cualidades morfológicas, espaciales y materiales permiten actividades de todo tipo: talleres, aulas, un gran salón de fiestas, un auditorio, una sala de exposiciones.

la cabaña/pabellón

Posado sobre el basamento a la manera de los edificios perípteros de la Grecia Clásica, se teje un edificio de origen textil: un entramado de madera vertical y otro horizontal generan la envolvente para el sector administrativo del edificio, bañando de luz las áreas de trabajo y protegiéndose del sol en las orientaciones críticas: un pronaos al norte emula a los templos seudodípteros, a las galerías romanas, a los ranchos de la geografía argentina. Este volumen tectónico del pabellón se opone a la estereotomía del basamento-cueva, identificando morfológica y materialmente las etapas y funciones en el edificio.

plaza del pehuén

El edificio se abre al oeste a través de un hall longitudinal hacia lo que denominamos “Plaza del Pehuén”, en el terreno lindero. Será ése el corazón exterior de la Sede de la Fundación BPN, escenario de actividades artísticas, sociales y culturales que harán del espacio público el verdadero ámbito de encuentro que la Fundación propone. En su centro, se plantará un pehuén que será testigo en su lento crecimiento de la expresión artística de los ciudadanos, y comprometerá una mirada hacia el futuro que la Fundación ayuda a construir. Esta plaza, asimismo, tendrá un acceso directo desde la calle Antártida Argentina, a través de una escalera que servirá de grada para espectáculos al aire libre, y mediante la plantación de otras especies de árboles, sumadas a las ya existentes, se buscará conformar un microclima que propicie las actividades propuestas, protegiéndose de los vientos y el sol del verano.

plaza del ciprés

La Plaza del Ciprés en la contigua Casa de las Culturas “Artistas Neuquinos” es el segundo polo de actividades exteriores, que el edificio de la Fundación también consolida mediante la apertura del Salón Multipropósito hacia ese sector. Esta decisión soportará la posibilidad de organizar actividades conjuntas entre ambas instituciones.

accesibilidad

La diferencia de niveles en el edificio, metáfora de la constante articulación del valle entre la barda y el río, es aprovechada en el manejo de la escala urbana del edificio, así como en el manejo de su accesibilidad. Aunque se plantea un ascensor para resolver la comunicación interior de los empleados de la Fundación, el edificio es totalmente accesible desde la calle sin necesidad de rampas, en sus dos niveles.

tecnología y materialidad

El edificio plantea una serie de estratos que se posan, uno a uno, sobre el soporte natural del terreno. El primero es el basamento-cueva materializado con tecnologías húmedas: un hormigón armado a modo de monolito con ferrites oscuros que le otorgan mayor absorción térmica y un contraste cromático con aquello que recibe encima, acaso un eco de la roca ígnea de los volcanes que la provincia posee y que la Fundación puede de esta manera traer a la Capital como parábola. La piel-estructura responde a las lógicas de la construcción seca, se trata de un entramado de madera vertical y otro horizontal, que mediante la utilización de tecnologías de laminado permite cubrir la luz libre que flexibiliza los espacios interiores. Este bastidor recibe las carpinterías de acero inoxidable que otorgan las prestaciones necesarias de cerramiento, y resuelve en un módulo único (1,20 metros) su condición sistémica. La cubierta es plana, una membrana de bajo espesor y altas propiedades de resistencia térmica.

clima

Como se menciona más arriba, el edificio se protege del norte con una galería semicubierta de 2,40 metros de ancho a modo de propileo del edificio, marcando la entrada institucional. Hacia el oeste, los árboles existentes, y algunos álamos a plantar permiten conformar una pared de protección frente al viento y al sol del atardecer de verano, recuperando la imagen sensorial de las chacras del Alto Valle. Allí donde esto es insuficiente, aparece el elemento estructural de madera, transformado en parasol. Sistemas de aire acondicionado con volumen de aire variable (VRV) aclimatan el edificio ahorrando energía, mientras que una serie de cortinas enrollables junto a las carpinterías permiten oscurecer donde se necesita. Los cerramientos de doble vidriado hermético (DVH) aseguran una aceptable resistencia térmica en la envolvente vertical.

etapabilidad

La tecnología seca de la parte superior del edificio permite un completamiento en etapas de acuerdo a las necesidades de espacio que el edificio puede generar, sin comprometer su durabilidad ni recurrir a demoliciones o cambios significativos en la imagen material del edificio. El basamento puede ser, en una primera etapa, el contenedor de un gran cantero urbano que configure una imagen verde en este primer momento del edificio.